Eduardo Arrona / Fotografía

Inicié mis exploraciones en el mundo de la fotografía cuando tenía dieciocho años y después de que mi abuelo me regaló una vieja cámara de la URSS. Mi padre fue un apasionado de la fotografía durante muchos años y después de las indicaciones básicas que me dio, me enganché. No obstante, el gusto a la curiosidad que me generaba hacer fotos, duró año y medio, después de que no pude más solventarlo económicamente. Después de diez años volví a tomar una cámara y hasta entonces es una obsesión las andanzas por estas vías.


Básicamente y de manera general he ido explorando en el trabajo de retrato fotográfico. Mis obsesiones en este ámbito se centran en creer que lo más profundo es la piel, de ahí que las texturas, las miradas, los gestos del cuerpo y sus partes son muestra de una ínfima parte de lo que hemos sido, somos y estamos a punto de ser. Es una apuesta estética que intenta mostrar la diversidad de grises que hay entre el blanco y el negro, en un instante.

El arte...
El arte para mí, no cabe en una definición; escapa incluso de la palabra arte.

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